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La cultura política de los estudiantes de San Marcos / por Antonio Zapata

Prólogo al libro "Jóvenes, universidad y política: una aproximación a la cultura política juvenil desde las perspectivas de los estudiantes de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos" (Lima, 2014)

Publicado: 2014-02-28

La investigación que el lector encuentra a continuación ha sido realizada desde la Secretaría Nacional de la Juventud – SENAJU, por César Nureña, Iván Ramírez y Diego Salazar, abordando la relación entre la juventud universitaria sanmarquina y el mundo político contemporáneo. A lo largo de las últimas décadas se ha producido una serie de investigaciones sobre el mismo sujeto constituyendo una tradición en la cual se inscribe el presente estudio. Un trabajo pionero de Nicolás Lynch, titulado Los jóvenes rojos de San Marcos, focalizó el tema alrededor de la radicalidad de la juventud universitaria, sus causas, procedimientos y resultados. Bastante bien articulado, este trabajo de Lynch ofreció una explicación de la cultura política estudiantil de tres décadas: los sesenta, setenta y ochenta. Lynch comienza con el desplazamiento del APRA, se centra en el maoísmo universitario y sus enfrentamientos con el gobierno de Velasco, anticipando el auge del senderismo en los ochenta. 

En ese momento, los tiempos cambiaron radicalmente. El país se precipitó en un baño de sangre y San Marcos fue ganado por la vorágine. A causa de ello, en los noventa muchas universidades fueron intervenidas, entre ellas la decana de América, se instalaron cuarteles en el campus y las tropas garantizaron el retorno del orden. La derrota del senderismo fue un componente crucial de la profunda transformación neoliberal que estaba en curso. 

Estos cambios propiciaron el surgimiento de una generación relativamente indiferente y despreocupada de la política. Esa nueva actitud habría predominado durante unos diez años, coincidente con el ciclo político de Alberto Fujimori, para dar paso a los actuales estudiantes que se han formado en un contexto de democracia recuperada, aunque limitada por la ausencia de partidos e instituciones políticas consistentes en el escenario nacional. La pérdida de inuencia de las ideologías y doctrinas políticas es indudable, pero continúa siendo un enigma el tipo de joven sanmarquino de nuestros días. ¿Es acaso apolítico, como parece haber sido el caso de la juventud en los noventa, o presenta características singulares que debemos descubrir? 

Ese es el tema de la importante investigación que estamos presentando, sus preguntas son: ¿quiénes son y, con respecto a la política, cómo piensan los sanmarquinos de nuestros días? 

Uno de los primeros estereotipos que trae abajo esta investigación es el supuesto origen popular y nacional de los estudiantes sanmarquinos. Esta condición era exacta para los años sesenta y setenta, pero no lo es más. La mayoría de los estudiantes actuales pertenecen al llamado nivel socioeconómico «B» y son nacidos en Lima. Es cierto que sus padres fueron migrantes provincianos y provenían de sectores populares. Pero, los estudiantes actuales provienen de una experiencia totalmente urbana y capitalina. Asimismo, son fruto de un ascenso social que han vivido sus familias en los últimos veinte años. En efecto, la gran mayoría ha salido de la pobreza y sus ingresos los ubican en los diversos estratos de la muy heterogénea clase media limeña. 

Sin embargo, ello no significa que no existan pobres y tampoco que estén ausentes los provincianos. Simplemente que ya no son mayoría, como lo eran durante el ciclo del radicalismo. Incluso los estudiantes actuales provienen de familias integradas por padres profesionales. Antes que emprendedores populares exitosos, los adultos en sus hogares poseen carreras universitarias y proyectan destinos semejantes en sus hijos. 

Por otro lado, San Marcos atrae a jóvenes que viven en su área de la ciudad. En época del estudio de Lynch, muchos estudiantes eran provincianos y San Marcos resumía al Perú entero. Actualmente se ha desvanecido esa impresión. La misma ciudad de Lima ha crecido hasta alcanzar una población cercana a diez millones de habitantes. Al carecer de transporte público masivo digno de ese nombre, se ha fragmentado en múltiples partes escasamente conectadas entre sí. Los diversos barrios han quedado encerrados en sí mismos. Movilizarse es muy complicado y se invierten horas en el transporte a velocidades increíblemente bajas. Por ello, la gente prefiere organizase cerca de sus lugares de residencia. 

Ese principio vale también para la elección de universidad. Así, los sanmarquinos de hoy provienen mayoritariamente del Centro de Lima, de Lima Norte y Este. Números más reducidos provienen de Lima Sur o de los barrios clasemedieros de Miraores, San Borja, Surco. 

Este efecto se ha visto reforzado por la multiplicación de la oferta universitaria, que ha reducido la antigua primacía de San Marcos sobre el sistema universitario nacional. Por ello, actualmente San Marcos, al igual que el conjunto de universidades, es un centro educativo superior de naturaleza local, cuyos estudiantes son limeños y básicamente residentes de su área específica de inuencia. 

Para terminar con quiénes son los universitarios contemporáneos, dos datos relevantes. Algo más del 60% provienen de colegios públicos y poco menos de la mitad son mujeres. Así, la participación femenina se halla al alza en forma constante en las últimas décadas, llegando a dominar en ciertas áreas, como en las ciencias de la salud por ejemplo. 

Otro estereotipo básico que desmiente la presente investigación se refiere al radicalismo político. Al igual que la procedencia social de los estudiantes, ese dato es un asunto del pasado. Por ejemplo, casi todos conocen del MOVADEF, pero es rechazado en forma casi unánime. La universidad actual no parece caldo de cultivo para opciones violentistas ni el pensamiento Gonzalo parece gozar de mayor aceptación. 

Pero, esta constatación no significa que se registre satisfacción con el sistema imperante ni con la universidad concreta donde estudian. Por el contrario, los estudiantes tienen una pobre opinión de sus autoridades y de la calidad de sus facilidades académicas. Sobre todo en Ciencias Sociales y Humanidades, donde el espíritu crítico domina a las mayorías.

La inconformidad se acrecienta conforme transcurren los años de estudios. En efecto, esta investigación plantea que al comenzar sus estudios, los alumnos sanmarquinos poseen mayores ilusiones. Creen en la democracia entendida como tolerancia y aprecian la eficiencia y la capacidad para resolver problemas. Pero, encuentran una institución aquejada de múltiples problemas, que funciona mal, y con escasa transparencia. Por ello, progresivamente se van desilusionando y acaban descreídos y preocupados exclusivamente por su carrera individual; al final solo queda la ilusión del cartón. En el camino se han perdido las esperanzas en la participación ciudadana. 

En ese sentido, San Marcos sigue siendo el Perú. Un país y su universidad más famosa que son capaces de desmoralizar hasta los más entusiastas proyectos colectivos. Aunque, también constituyen potente estímulo para las carreras individuales más talentosas y creativas que he conocido. 

Estas consideraciones y otras igualmente fecundas hacen de este trabajo una fuente indispensable para la reexión sobre el Perú de hoy. En tanto trata sobre la juventud, en realidad, sus conclusiones se dirigen al mañana y anuncian el porvenir del país. La clase política y las elites dirigentes deben prestarle atención a este tipo de estudios, si quieren tener voz en la proyección del país hacia los tiempos venideros. Los autores ofrecen una foto bastante completa del San Marcos de nuestros días. Su visión es suficientemente profunda para permitirle al lector imaginar una película sobre el mañana. Esa es la invitación y el reto que plantean los autores.


Antonio Zapata Velasco

Doctor en Historia por la Universidad de Columbia, Nueva York

Profesor del Postgrado en Ciencias Sociales de la UNMSM

Profesor de Historia en la PUCP


Link para descargar el libro en versión PDF:

https://dl.dropboxusercontent.com/u/28117287/Jovenes-universidad-y-politica.pdf


Escrito por

César R. Nureña

Un sujeto cualquiera. Antropólogo de la U. San Marcos.


Publicado en

Nada me basta

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